martes

PERRA VIDA

El perro cagó en el viejo roble,
gris ya por la insistente humareda.
Su amo recogió el excremento,
y cuidadoso lo empaquetó;
lo tenía bien adiestrado,
el perro al dueño, se entiende.
Revisión periódica, vacunas,
comida de gourmet, y sexo.
El perro ladraba al dueño,
agotado por su trabajo exclavizador
y las colas de la seguridad social.
El perro era feliz, salvo por términos como
"perra vida" o "perrito caliente",
salvo eso, siendo perro,
tenía una vida más humana
que la de muchos hombres.

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