martes

SIN TÍTULO


La luz de diez soles intenta perforar tu persiana y fundiendo tus legañas habla: "el orto no es sino ocaso invertido".

El ojo cristalizóse, empapado en lágrima vio, masa encefálica deglutiendo despertadores.

El sexo se emancipa y hace las maletas.

Si el susurrante ser sinsentido salado a la sazón del sexo superior se soltara al son del silvido siniestro...

Alado, propone, "seamos felices".

Luminosa, la nube se refleja en la taza de water y retoma lo ortodoxo y lo frívolo haciéndolo materia eterna, susceptible de abstracción.

El lector se pregunta qué coño quiere decir todo esto.

Y el amanecer invertido resurge, gritando.

Y mi sexo vuelve a mí.

Coitus Interruptus.

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