martes

BENDITOS SEAN LOS HERMANOS CORSOS (a quienes debo esta mierda de poema)

Sí.
Volviendo al punto de inicio.
Poco que decir en muchas líneas.
Letras, letras y letras,
pero tan vacías como
un libro que vende.
Tras la última llamada para
el último HOMBRE del siglo
llegas tú.
Tú,
con tu capote y tu música techno.
Y yo acaricio mi pelo graso,
esperando lujuria,
y encontrando tan sólo siesta.
Benditos sean los hermanos corsos,
a quienes debo esta mierda de poema.
benditos por mojar sus bigotes morsescos
en su amado y sangriento vino de Córcega.
Por hacerme ver dromedarios de dos jorobas
y bailar en pos del imaginador supremo.
Benditos por volver la cabeza
al chillido de la ambulancia.
benditos por contagiarme
su alma de cigarra.

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