lunes

AGUA


Vivía con un viejo de mirada insolente,
Frágil y pequeño, arrugado hacia dentro,
Cuyo oficio era robar a las tormentas
y meter rayos en botellas.
En frascos luminosos como mil soles.
El viejo vaciaba las botellas
y se los daba a una gigantesca
Mujer Negra que vivía en la montaña.
Tal vez era la montaña.
La enorme mujer tejía piedras
Su hilo eran los rayos del viejo.
Su aguja una espada.
Hizo un dragón pétreo y luminoso
Que nos llegó al lugar donde se miente.
Un garaje viejo y un gánster.
Me olvidé de todo aquello
Corriendo en el lago
Junto al velero hecho de musgo.
Una criatura bella volaba a mi lado.
Corría, y era, agua.

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